martes, 19 de abril de 2016

MIGUEL SE ESTRENA EN ALFAROFIA………..

Muy buenas amigos de Snowman Carpfishing, estamos de vuelta para mostrar una nueva sesión. Como uno de los Snowman más “culillo-inquieto” en los últimos meses es el amigo Miguel, traemos una nueva jornada que se metió entre pecho y espalda semanas atrás. Con motivo de su inminente aniversario de nacimiento y la pertinente celebración para homenajear al afortunado cumplidor de años como marca la tradición, antes de tupirse a comer y soplar las velas haría disfrute de un regalo por adelantado, nada más y nada menos que un fin de semana en el lago de Alfarofia en el puesto vip, ¡¡eso son fatigas y lo demás tonterías!!. Como no podía ser de otra forma, aceptó de buen grado la invitación y se plantó en el lago con su chica para llevar a cabo su primera visita al amigo Joao Carlos y he aquí el desmenuce de la sesión……..

Con todos los bártulos cargados en el coche y las expectativas en todo lo alto nuestro compañero emprendió el viaje que le llevaría hasta el lago, para cuando quiso darse cuenta estaba entrando por la puerta e instalándose en el puesto vip después de saludar a Joao Carlos y hablar un rato con él, como siempre, un trato exquisito por parte del dueño del lago que está pendiente en todo momento de cómo transcurre la jornada de pesca y de si se precisa alguna cosa que gustosamente acerca hasta el puesto, aprovechamos la coyuntura para mandar un saludo a Joao y agradecerle el trato que dispersa a la familia Snowman. El puesto vip cuanta con diversas comodidades entre las que destacan la luz, para poder cargar nuestro móviles, utilizar el portátil, televisión etc, microondas, frigorífico, barbacoa, aire acondicionado o infernillo. También tenemos una habitación para situar nuestras camas y otra para pasar la jornada de pesca disfrutando del paisaje o viendo la televisión por ejemplo.

Una vez efectuada la visita de rigor de arriba abajo para ver los diferentes puestos del lago e instalaciones, tocaba montar los equipos para ceder el menor tiempo posible y que cuanto antes las cañas estuvieran en el agua en busca de algún ejemplar de buen porte. En los puestos cercanos las picadas se sucedían a cuentagotas y de piezas no demasiado grandes, tras sondear de pasada con el barco cebador por la curiosidad de si la sonda marcaría la presencia de algún pez por el trayecto, se fueron depositando los montajes en los lugares elegidos. Un siempre positivo acopio de información previo a los días antes de afrontar la jornada de pesca, nuestro amigo se empapó de la forma de proceder en el lugar y algunos cebos que habían funcionado, es algo útil para llevar una idea inicial y luego hay todo el tiempo del mundo para probar lo que cada uno considere más oportuno, pero el hecho de no ir a ciegas siempre es algo interesante.

Utilizando un simple puñado de semillas pequeñas y muy cocidas con pequeños pellets de variados aromas, los cebos de anzuelo fueron colocados en su mayoría en las eneas de enfrente al puesto, también se dejó alguna caña de esas que denominamos “perdida” por la mitad del charco buscando cubrir el mayor abanico de posibilidades, también se utilizó alguna que otra malla de pva compuesta de engodo o micropellets buscando no cargar la postura de alimento y sí de elementos que sueltan aroma y partículas pero no sacian a los peces. Con todo el trabajo principal finiquitado solo restaba tomar asiento en el puesto vip, dejar los receptores en la mesa y esperar la ansiada primera picada de las amigas que habitan debajo del agua, de los “artistas” que habitan por encima ya se habían producido las primeras picadas a los cebos desperdigados por el suelo y cualquier migaja que pudieran llevarse a la boca, ¡¡con estos patos cualquier día se precisan candados en los cubos de cebo XD  XD  XD!!


Mientras tocaba esperar noticias de los peces cualquier rato para adelantar trabajo era una estupenda distracción, nuestro amigo fue preparando diferentes montajes que probaría a lo largo de la sesión de pesca, con dulces, salados, equilibrados, snowman, flotantes, pellets, chufas, maíz, larga era la lista de posibilidades y había que tener preparado un batiburrillo de montajes para ver por donde se decantaba el pez e intentar por todos los medios no venirse bolo. Fue en plena preparación de uno de los citados montajes cuando tuvo lugar la primera picada de la sesión, se trataba de una pequeña carpita que se zafó del anzuelo cuando estaba a punto de entrar en la sacadera, no tendría más de tres o cuatro kilos de peso y aunque era evidente que no era lo que se estaba buscando lo cierto es que suponía el primer acercamiento a las cañas y la consiguiente ilusión de que no fuera más que el principio de una fructífera jornada a pie de orilla.

En un abrir y cerrar de ojos el paso inexorable de los minutos oscureció el lugar y dio paso a la noche, era el momento de recuperar fuerzas tomando un bocado y abrigarse un poco que la temperatura había bajado considerablemente. Las cañas se habían cambiado para comprobar que los cebos estaban en perfectas condiciones de afrontar la noche y no quedaba otra que seguir teniendo paciencia, también se aprovechó la coyuntura para recebar la zona con micropellets buscando llamar la atención del pez y dotar las posturas de mayor atractivo. Pasaron unas horas sin novedades en el frente y después de haber disfrutado de una amena cena cuando de repente el cimbreo en una de las cañas y varias sacudidas al tensor hicieron salir a Miguel de la acogedora calidez de la caseta, el receptor avisaba de una nueva picada, nuestro compañero se dispuso a cobrarse la pieza, en los instantes iniciales se mostraba brava y con ganas de huir buscando el cobijo de las eneas, con paciencia y la dosis de suerte necesaria en estos quehaceres, el animal fue mostrando signos de cansancio y acercándose a la orilla, finalmente tras una bonita lucha llegaba hasta la moqueta un buen ejemplar de carpa común con la que nuestro amigo posó encantado de la vida pese a la rasca del momento, aunque ya se sabe eso de ¡sarna con gusto no pica!, había sucumbido a un par de chufas remojadas en krill. Tras inmortalizar el momento con la captura era el momento de aplicar antiséptico en las heridas de guerra del animal y devolverlo al agua agradeciéndole la brega y el buen momento vivido.

Aún quedaban bastantes horas para concluir la sesión y nuestro compañero se lo estaba pasando en grande trasteando con la caja de aparejos y preparando cosas, uno de los cebos que probaría sería un pop-up fluro de squid asafoetida de carpzone que tan buenas alegrías nos ha brindado a otros miembros del club en anteriores salidas al lago, preparó el montaje y lo culminó con una bolsa de pva con micropellets del mismo aroma, unas bolas trituradas con el krusha también de idéntico sabor y un chorreón de su correspondiente remojo, también probaría con bolas semi-solubles buscando lo rápido que trabajan en el agua y diferentes chufas bañadas en múltiples caldos durante semanas. Por desgracia, la noche que se atisbaba productiva después de la picada y algún que otro salto además de la actividad marcada por la sonda, dio paso a una nada deseada tranquilidad y quietud, más anecdótico que otra cosa el amago de dos picadas que quedaron en nada tras unos simples toques en las cañas. Así que no hubo más remedio que sucumbir a aquello que nunca desea un pescador, ¡dormir del tirón!. 

Amanecía en el lugar y el entorno cobraba vida de nuevo con el canto de las aves y los diversos ruidos cotidianos, se había esfumado una buena oportunidad de llevar hasta la moqueta algún ejemplar de envergadura pero no quedaba de otra que seguir dando guerra y no dejarlo de intentar, un Snowman tiene el pellejo duro y curtido en mil batallas, ¡digo, bolos!, ergo el desánimo no es una opción válida ya que hasta el rabo todo es toro, mientras haya alguna caña en el agua cualquier cosa puede suceder. Así que tocaba enfrentarse a un café calentito para espantar el sopor mañanero y si encima venía acompañado el penar es más llevadero. Se les dio una vuelta a las cañas y se cambiaron cebos, por las inmediaciones se esparcieron algo de engodo y micropellets. La estrategia dio sus frutos cuando en un corto periodo de tiempo se produjeron tres picadas, una se fue al limbo casi inmediatamente después de clavar, la segunda picada supuso una captura de una pequeña común de cinco kilos y seiscientos gramos de peso y la última llevo hasta la sacadera y posteriormente la moqueta una batalladora pieza de mayor porte, funcionó el pop-up fluro de squid asafoetida y un doblete de la mano de una combinación de medio boilie de krill de 20mm de sticky con medio pop-up de ajo de sbs del mismo diámetro.

La actividad del pez no era lo ideal que se esperaba pero al menos habían caído en el zurrón algunas que otras piezas que nunca es poca cosa. Llegados a este punto se afrontaban las últimas horas en el charco y tocada remangarse y poner toda la carne en el asador, ¡la del almuerzo y de la otra también!. En muy pequeñas cantidades se repartieron una mezcla de pellets bañadas en remojo y se prepararon unas buenas mallas de pva de krill, que en esta sesión salvo alguna puntualidad era el aroma por el cual se habían decantado, tocaba quemar los últimos cartuchos y jugar todas las cartas a la misma baza. El tiempo fue una combinación entre claros y nubados y aunque por momentos la sonda marcaba alguna actividad no se terminaba de reflejar del todo en lo que acontecía en la sesión de pesca, había que seguir teniendo paciencia y esperar a que se tuviera la oportunidad de volver a mojar la sacadera.

Como nunca es tarde si la dicha es buena, a nuestro compañero se le presento la oportunidad de aumentar el casillero particular de capturas y justo cuando menos lo esperaba, apunto estaba de cambiar una de las cañas en un último intento por buscar otra captura, cuando teniendo ya preparado el nuevo montaje y su correspondiente malla de pva y prácticamente encimando la caña para sacarla del agua, tuvo que soltar dicho montaje apresuradamente cuando ésta se arrancó inesperadamente marcando una buena picada, el carrete no dejaba de soltar hilo casi carcajeándose delante de nuestro amigo por lo curioso de la situación, tras frenar la arrancada y luchar un poco con el animal sin dejar la sonrisa tonta, pudo acercar hasta la orilla para situar mansa en la sacadera después de haberse vaciado buscando zafarse del anzuelo a un hermoso ejemplar de carpa royal, un bellísimo animal que si no calzaba un porte exagerado por cómo se había desarrollado la sesión era un broche bastante apetecible. Tras tener más éxito con el salado y especialmente con el krill, con un montaje con dos pequeñas chufas blancas y un pop-up de piña todo remojado en el mismo aroma que había pasado sin pena ni gloria y justo cuando estaba a escasos segundos de salir tarifando del agua, ¡zas! La caprichosa fortuna hace que piquen en esa caña, así es la pesca, nunca dejará de sorprendernos, de regalarnos tardes de gloria y arrodillarnos a los infiernos boleros, de entusiasmarnos y desesperarnos, no hay quien la entienda pero no hay forma de vivir sin ella.

Tras ir recogiendo todos los equipos e ir colocando todas las cosas en el coche tocaba poner el punto final a la jornada de pesca, aunque las cañas aguantaron hasta última hora en el agua no se produjo ninguna nueva picada, tras un tiempo algo revuelto y cierta inactividad del pez la primera visita de Miguel al lago se saldó con sensaciones positivas, buena compañía, rica comida, desconexión revitalizadora y varias picadas, no puede pedirse mucho más en una jornada de pesca. Tras despedirse de Joao Carlo y emprender el viaje de vuelta hasta casa nuestro compañero fue refrescando los diferentes chascarrillos propios de la estancia en la orilla que forman parte de la salsa de esta nuestra pasión y que apenas terminando una salida hacen que ya esté uno cavilando fechas, escenarios y maneras de acometer una nueva aventura, es algo que nos apasiona y una loca pasión a que resulta complicado apaciguar, enhorabuena a nuestro compañero por los días tan estupendos que se marcó en el charco y le deseamos la mayor de las fortunas en próximas visitas a Alfarofia, si alguno de vosotros está interesado en visitar el lago no tiene más que ponerse en contacto con Joao que aclarará cualquier duda y consulta que tengáis, mientras tanto y como siempre, muchas y buenas salidas de pesca, y ahora más que nunca respetar el entorno y a las capturas, hasta la próxima amigos de Snowman………..









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