lunes, 14 de julio de 2014

SALIDA SNOWMAN….………..

Muy buenas amigos de Snowman Carpfishing, tomen asiento y afinen la vista que damos la bienvenida a una nueva sesión de pesca de las que teníamos pendiente, se trata de una jornada exprés en uno de esos día raros marcados por el sol, la lluvia y el aire, pero que dadas las circunstancias no dejo mal sabor de boca, fue una de las ocasiones en las que el número de asistentes quedó menguado y finalmente los valientes que me acompañaron fueron el Capi y el dóberman Scooby. Llegamos temprano al lugar y comenzamos a montar rápidamente, la cara era golpeada por un aire bastante molesto y en el horizonte se acercaban a paso ligero unos nubarrones con muy mala baba, pero a la vez, encima nuestro reinaba un sol bastante acogedor que paliaba en gran medida el azote del aire. Tras unos minutos teníamos todo montado y la zona cebada con una mezcla de semillas muy pequeñas y algo de engodo, poca cantidad porque el pez aún no estaba demasiado activo y meter mucho cebo sería más negativo que beneficioso. Ya sólo restaba cruzar los dedos y esperar ser agraciados con alguna picada mientras nos refugiábamos en el paraguas para parapetarnos del aire.

A pesar de no percibirse actividad alguna en el agua y estando el sitio cebado poco tiempo, cual presagio abrieron las nueves y dejaron un cielo azul y despejado que vino acompañado de unos cuantos toques en las cañas, comenzamos perdiendo dos piezas que lograron emprender con acierto la huida, y justo cuando la sensación agridulce de la mala suerte rondaba el ambiente se sucedieron nuevas picadas, primero fue el Capi el agraciado en romper las tablas iniciales y se apuntó la primera captura de la sesión, una bonita común que plantó batalla y fue engañada con nuestro querido montaje “winnie the pooh” con un maíz artificial de Enterprise de piña acompañado de una malla de pva de micropellets de piña de Nash y engodo bañado en líquido del mismo sabor, una vez curada al agua de nuevo y a esperar que no fuese la última.

Contra todo pronóstico el pez se movía por la zona y comenzó a picar con cierta asiduidad, en poco tiempo llevábamos ya bastante capturas en nuestro poder, todas carpas de similar tamaño pero era más de lo que esperábamos cuando llegamos por la mañana al lugar, para muestra estas dos carpas engañadas con un pop-ups de Dynamite de coco bañada en su propio caldo cortesía del amigo Chato que elabora unas bolas y el propio remojo que son una maravilla y nos han dado peces en muchísimos lugares que hemos visitado, continuaba el aire y nubarrones que se alternaban con un cielo despejado y de un color azul intenso. Como la cosa se entonaba decidimos probar nuevos cebos en alguna caña suelta que sacamos fue del cebadero.

Comenzamos también a recebar la zona al ver que los peces estaban dando la cara, además de algo de engodo que aún quedaba en los cubos, también utilizamos tacos de vaca que se deshacen muy rápido emitiendo partículas y trabajando muy pronto, iban rociados con aceite de pescado y un poco de pimentón para darle un toque especial, con una comprobación en la orilla pudimos comprobar las burbujas que afloraban en la superficie debido al aceite y esa mancha rojiza debida al pimentón, también utilizamos algo de belachan y ajo. Tuvimos una doble picada que debido a un fallo técnico por querer estar pendiente de más cosas de las debidas a la vez, perdimos previo enredo de líneas a pocos metros de la orilla, tocaba arreglar el desaguisado mientras permanecía una única caña en el agua y la dichosa e incompresible fortuna quiso recompensarnos por el percance vivido y tuvimos que sacar del agua la única caña superviviente pero esta vez por una buena causa, el Capi se apuntaba una nueva captura, una común terca y batalladora que le hizo bregar un buen rato hasta acercarla a la orilla.
El animal estaba muy sano y con gran vitalidad, una vez fotografiada se cumplió con el innegociable ritual de devolverla al agua y tocaba reponer fuerzas después de unas horas de no parar, llevaba un tiempo rematándose a fuego lento un delicioso plato Snowman que nos acompaña cada cierto tiempo en las sesiones de pesca, unos deliciosos macarrones salvajes de la mano del Capi, la increíble mano culinaria del club, y si no que se lo digan a Ouh-Yeah que no se queda tranquilo hasta que ve la sartén vacía, esta vez le tocó perderse el probarlos pero no tardará en tener nuevas oportunidades para redimirse, ¡¡oh nena sí!!. Rematamos la jugada con unas patatas fritas mientras esperábamos que el cebo esparcido por las inmediaciones del cebadero hiciera el efecto deseado y fuéramos agraciados con nuevas picadas.

Por suerte no tuvo que pasar mucho tiempo para que este deseo se tornase en feliz realidad, las picadas seguían produciéndose a buen ritmo y contábamos ya en nuestro haber con numerosas capturas, una de ellas fue esta preciosa común que realizó una arrancada espectacular, casi se queda el carrete sin hilo, bastante castigado por roturas en sesiones anteriores y yo sin dientes por un mal amago de querer acariciar el suelo plagado de piedras, al final sólo quedo en un ligero deslizamiento cual practicante de snowboard y también resultó que ese pez que se intuía de un peso considerable se trataba de un pez menor que simplemente se mostró más bravío de lo que cabría pensar a tenor de su envergadura, no era la captura esperada pero menos da una piedra y tampoco se puede exigir demasiado a escenarios que no cuentan con habitantes demasiado contundentes. Nuestra amiga sucumbió a un chato’baits de PH acompañado de un flotante de StarBaits de algas.   
Afrontábamos ya los últimos instantes a pie de orilla y aún queríamos redondear la jornada, después de unos instantes sin noticias del pez y habiendo caído alguna que otra gota de agua entremedias, volvimos a pillar un claro y el Capi sumó una nueva pieza al zurrón particular, nuevamente el maíz flotante de piña le brindaba la oportunidad de aumentar el casillero de capturas al pelear con otro digno ejemplar, si bien no son enormes no menos cierto es que tiran de lo lindo y dejan muy cara su derrota, tras unos instantes de bonita lucha el pez llegó hasta la moqueta sin ofrecer más pelea después de una extenuante contienda, tras la fotografía tocaba reponer cebo y resguardarse pues venía un cielo negro como el tizón que era iluminado por algún que otro relámpago que avisaba de la tormenta lejana que atizaba en el horizonte.  

Fue la señal definitiva de que llegaba la hora de levantar el campamento pues el oraje se ponía rebelde y nada halagüeño, mientras recogíamos los equipos el Capi redondeo la sesión con una nueva captura de porte similar a las que habían salido hasta el momento, una común que se zampó un pop-ups de coco del que no dejo ni el tope en el hair, así se puso fin a una sesión que terminó con más capturas de las esperadas por escenario y condiciones meteorológicas pero que no hace más que reafirmar la nítida obviedad de que la pesca nunca dejara de sorprendernos y a cada paso andado más y más largo se hace el camino a recorrer. En un parón donde dejó de llover, instante en el que pudimos capturar la siempre gustosa estampa del arcoíris, cargamos los trastos en el coche y emprendimos el viaje de vuelta a casa mientras el lugar oscurecía repentinamente, todo el viaje de vuelta fue realizado bajo una llovizna de órdago que refrendó la buena elección de recoger todo antes de que nos pillase el toro, así damos por concluida esta sesión y os emplazamos a la siguiente, hasta la próxima amigos de Snowman.

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