jueves, 27 de marzo de 2014

NUEVA AVENTURA SNOWMAN……..

Muy Buenas amigos de Snowman Carpfishing, nuevamente nos encontramos para premiar vuestra fidelidad y seguimiento con un nuevo relato, habéis sido participes en anteriores entradas del Blog de que  en las últimas semanas estamos intentando tentar una especie que nos encanta y la tenemos en gran estima, el Barbo, para esta nueva salida quisimos seguir con la rutina y probar suerte en un lugar que hacía varios años que no visitábamos, se trata del embalse de La Torre de Abraham. Es el de mayor capacidad de la cuenca oriental del río Guadiana, situado en la provincia de Ciudad Real y sobre el río Bullaque, proporciona cobijo a diferentes especies como Black bass, Lucio, Carpa royal, Carpa común o Barbo. 
Temprano pusimos rumbo al lugar el Capi, Miguel Ouh Yeah, Scooby y un servidor, cuando llegamos estaba comenzando a amanecer, después de unas vueltas visionando el lugar nos decantamos por una zona cómoda y que veíamos interesante, el tiempo era bastante desapacible y el aire golpeaba con fuerza aumentando considerablemente la sensación de frío, no puedo dejar pasar más tiempo para pronunciarme sobre el vergonzoso estado en el cual encontramos el lugar, a pesar de contar con miradores y numerosos caminos con presencia de grandes contenedores en todos ellos, las vistas eran lamentables, mirases donde mirases había basura, latas, bolsas y cualquier cosa imaginable esparcida por el suelo, es una verdadera pena ver un sitio tan bonito en esas condiciones y más aún cuando se cuenta con la comodidad de los contenedores de basura como apuntaba líneas arriba, es sin duda un punto muy negativo del que no termina de concienciarse la gente y no nos deja en muy buen lugar, ansiamos que algún día volteemos la situación y dicho lo cual, recogimos todo lo que pudimos de nuestro puesto para dejarlo mínimamente transitable y desprovisto de suciedad.

Como la zona era nueva para nosotros y desconocíamos sus características nos dispusimos a sondear diferentes puntos a conciencia, es importante conocer el escenario en el cual pescas, cosas que en un principio no puedes darle importancia pueden terminar marcando la diferencia entre un día productivo y otro que no, por ello nunca está de más conocer el tipo de fondo que tenemos, la profundidad, posibles atranques etc, una vez terminada esta tarea y teniendo claros los puntos a tentar solo restaba cebar la zona, maíz, mezcla de pellets y tacos remojados fueron los elementos escogidos.

Una vez estaba el puesto debidamente cebado a nuestro gusto para intentar llamar la atención de los peces que merodeasen por la zona, tocaba montar rápidamente los equipos y tener preparadas las cañas para no perder bocado, terminamos la faena preparando los bajos con una buena malla de pva para dejarlos perfectos, utilizamos pequeños cebos y pellets que se deshacen rápidamente y desprenden aromas y partículas resultando sumamente atractivos, con todo a punto llegaba el momento de sacar líneas con ayuda de los barcos cebadores y esperar a que acompañase la suerte y fuéramos agraciados con alguna picada, para por lo menos emprender el camino de vuelta con buen ánimo y habiendo rascado bola que no bolo que duele más.

Las primeras horas pasaron sin pena ni gloria, la temperatura era muy baja y hacía una rasca de órdago, el aire era tan intenso como molesto y aún dejaba peor sensación de frio en el cuerpo, gracias al cobijo del paraguas y la estufa pudimos aguantar estoicos en el lugar porque de todas todas, hacía un día de perros. La actividad del pez brillaba por su ausencia y la sonda no indicaba pez por ningún sitio, estábamos llegando a la hora del parón para tomar un bocado cuando Ouh Yeah se lanzó como un descosido hacia una de sus cañas, aún no había sonado su receptor pero el pajarete del compañero estaba observando sus cañas en ese instante y vio moverse el tensor un instante antes de que efectivamente las alarmas comenzasen a sonar ante la presencia de una picada, nada más clavar notó que tras la línea venía prendido un pez que no ofrecía demasiada resistencia, próximo a la orilla quiso dar algún coletazo pero enseguida llegó hasta la sacadera, bajo unas condiciones nada halagüeñas para conseguir alguna captura habíamos conseguido mojar la moqueta, se trataba de un pequeño ejemplar de carpa común fría cual cubito de hielo, no era el buen barbo que esperábamos pero así es esto de la pesca y su consiguiente encanto, nuestra amiga se apretó un boilie de Source con un tope de maíz artificial del cual por cortesía solo devolvió éste último por aquello de que rebañar es de pobres.

Tras la siempre bien recibida alegría del descarte del bolo en una sesión de pesca y por las horas que marcaba el reloj, llegó el momento de tomarse un respiro y volver al resguardo de la estufa que después de un tiempo fuera atendiendo a la captura se la echaba en falta, mientras nos calentábamos un poco las manos heladas por el contacto con el agua aprovechamos la coyuntura para también calentar el estómago y almorzar un poco, el día estaba nublado y malísimo y no tardaríamos mucho tiempo en recoger el campamento base.

El aire menguó ligeramente pero se barruntaba que sería durante poco tiempo, aún quedaba algo de cebo en los cubos que aprovechamos para meter en el agua buscando alguna última picada aunque no éramos demasiados optimistas, casi sobre la bocina fuimos agraciados con un nuevo toque en las cañas, el Capi se hizo gustoso con los mandos y poco a poco trajo la pieza hasta la orilla, albergábamos la esperanza de que se tratase de algún barbo de buen tamaño pero el Capi que nos iba trasmitiendo sus sensación según recogía hilo enseguida nos sacó de dudas, se trataba de un ejemplar pequeño y pudimos corroborarlo cuando se acercó hasta la sacadera, una pequeña carpa común algo menor que la anterior sucumbió a un boilie de Lombriz, una vez curada y devuelta al agua se lanzó de nuevo la caña por si volvía a sonar la flauta y esta vez con un buen barbo.



Después de la picada aguantamos un poco más de lo esperado en un principio en pro de lograr alguna otra captura que en esta ocasión no fuimos capaces de tener, ya no volverían a sonar más las alarmas ni tendríamos más picadas, el día desapacible al menos nos había brindado la oportunidad de tocar escama y sacar algún pez, bien es cierto que teníamos en mente poder lograr sacar algún barbo, pero todos los días no van a ser fiesta y lo único que hay que hacer es seguir intentándolo que al final caerá el premio, por tanto ni que decir tiene que lo seguiremos intentando, con todo ello recogimos los equipos mientras el sol se despedía de nosotros, terminamos la sesión con un café calentito a la vera de la estufa y una vez terminado emprendimos el viaje de vuelta, toca ya dar vueltas a la cabeza sobre el próximo escenario a tentar mientras estas ansioso de que la semana se pase volando, una vez más os mantendremos al tanto de novedades, hasta la próxima amigos de Snowman………..

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