sábado, 19 de octubre de 2013

PURO CARP. (Orellana)

Si hay un embalse que está en la mente de todos los aficionados al carp fishing es, sin lugar a dudas, Orellana. Emblemático embalse para todos los carpistas por su belleza, por los ejemplares que esconde, pero sobre todo... por su dificultad.
Ha transcurrido poco tiempo desde el primer cambio atmosférico que se ha producido, pero este pequeño descenso en la temperatura junto a una notable bajada en la presion atmosférica, posiblemente hayan sido unos de los factores más relevantes en el éxito de Julián y José Manuel en esta sesión tras las carpas de Orellana.

DEDICACIÓN=RESULTADOS.
Gracias a la cercanía del escenario de pesca a sus respectivas residencias, los compañeros de Snowman, decidieron dedicar unos días a estudiar diferentes zonas del embalse en busca de unas características determinadas las cuales habían decidido que serían las más adecuadas a la hora de dar con los esquivos peces de este embalse. Buscaron y localizaron un área con una pendiente suave en la que el agua fuera ganando progresivamente profundidad con un fondo limoso y arenoso que no careciera de puntos de interés como; obstáculos, pequeñas pozas y algunos desniveles inclinados. Puntos estos muy interesantes para depositar en ellos los montajes, y áreas abiertas para crear una zona de cebado fácil de encontrar por las carpas que por allí pasaran. Con la inestimable ayuda de la ecosonda, no tardaron mucho en identificar dentro de la zona que habían seleccionado, varias de las características que estaban buscando como; una profundidad progresiva, presencia de herbarios, algunos obstáculos sumergidos y un fondo limoso de poco grosor en una zona suficientemente amplia y despejada en la que iniciarían el grueso del cebado.
La localización del pesquil conllevó varios días de visitas expedicionarias a diferentes sectores del embalse hasta dar con el lugar que consideraban más adecuado, pero el trabajo de preparar la sesión no había hecho más que empezar, ya que una vez definida la zona donde realizar la sesión, quedaba el trabajo más duro, que no es conseguir sacar los peces, sino, preparar un cebado con el que maximizar las posibilidades de capturas en las sesiones que allí se realizarían.
UN CEBADO CONCIENZUDO.
Si gran parte del éxito de una sesión reside en la elección de un buen sitio, no menos importante es el
cebado de la zona. Una primera jornada de cebado que se compondría de abundante grano como; maíz, haba, chufa, cañamón y trigo, acompañado de unos kilos de boilies, sería la base donde se asentaría la estrategia a seguir, la cual constaría de varios días más de cebado en los que a medida que se aproximaban a la fecha en la que probarían por primera vez su estrategia, menguaron la cantidad de grano en su cebado para incrementar la cantidad de boilies del mismo en pos de la obtención de resultados más rápidos, manteniendo cebo en el área pero en menor cantidad y  más localizado, con lo que querían conseguir que las carpas, afanosas en busca del alimento que la zona les había brindado durante esas semanas, localizaran más rápidamente sus posturas.
Dos semanas les separaban ya desde el día en que arrojaran por primera vez en la zona que habían seleccionado los primeros kilos de semillas y boilies que iniciaron el cebadero, y ahora llegaba el momento de la verdad, el día en el que debían comprobar si la elección de la zona y la de la estrategia de cebado desplegada en ella habían sido las correctas.
INICIO DE LA SESIÓN.
La llegada al puesto de pesca no podía ser más exultante por parte de los compañeros, tenían dispuesto el lugar que querían, y cebado de la forma que habían querido, por lo que no tardaron mucho tiempo en preparar los equipos y las artes para tentar el escenario con los boilies de Vital Bait, los cebos con los que habían decidido tentar a las carpas en esta sesión. La tarde estaba cayendo y no perdieron el tiempo para preparar los bajos y ubicar las posturas en los spot, y con todo dispuesto llego el momento de relajarse observando como el sol se escondía por el horizonte.
Las horas de una noche estrellada y de agradable temperatura transcurrían entre el único sonido de algunos peces saltando por la zona, sonido inconfundible de que las carpas merodeaban por el cebadero, lo que mantenía elevado el ánimo y la esperanza de que en cualquier momento comenzara a sonar una alarma.
La primera picada se produjo en el momento más inesperado, cuando el embalse estaba totalmente calmado y hacía tiempo que los repetidos saltos que se habían estado escuchaban en la zona habían cesado, por lo que les sorprendió la brusca arrancada en una de las cañas ubicadas en el cebadero. La clavada fue rápida, y tras unos minutos luchando con el pez, este se soltó provocando un momento de gran decepción. Tras inspeccionar el bajo en busca de la posible respuesta a la huida del pez, la caña volvió a posicionarse con la esperanza de que si se producía una nueva picada, esta vez hubiera más suerte. Este primer pez que se ha negó a ser extraído del agua podía ser la confirmación del acierto en la estrategia llevada acabo, por lo que las esperanzas en vez de decaer, aumentaron considerablemente, ya que aún quedaban muchas horas por delante y la actividad observada en la zona era muy prometedora.
Y SE PRODUGERON LAS PICADAS.
Habían transcurridos dos horas desde el pez que logró zafarse del anzuelo cuando… una nueva señal acústica anuncia la toma del cebo por parte de otro pez. Nuevamente una enérgica toma de la caña para realizar la clavada y el pez emprende una fuerte huida que provoca un crujir del material esforzándose al máximo. Afortunadamente parece que este pez está bien clavado y la sensación en la pelea hace sentir que esta vez el pez llegará hasta la moqueta como así fue, depositando sobre ella una hermosa carpa común que pararía la aguja de la báscula en diecisiete kilos, convirtiéndose en el primer pez de la sesión y en el de mayor tamaño, ya que a esta le seguirían un buen número de ejemplares más que hicieron las delicias de nuestros “afortunados” compañeros, que vieron ampliamente recompensado su esfuerzo con una sesión de las que se consiguen pocas veces, y que sin lugar a dudas, crean afición.
Esta sesión pone de manifiesto que estamos entrando una prometedora época para el carpfishing, en la que se pueden conseguir excelentes capturas, pero sobre todo, esta sesión es un claro ejemplo de que el carpfishing no es solo llegar y pescar, sino, que en la consecución de grandes sesiones hay un buen número de horas invertidas para que esto suceda, y que el trabajo que conlleva la preparación de una sesión suele ser recompensado cuando se han tenido unos criterios de elección claros tanto en el escenario como en la estrategia.

¡Enhorabuena compañeros!

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