domingo, 28 de julio de 2013

ÚLTIMA PARADA PARA TERMINAR EN LA TRILOGÍA (¡¡O TAL VEZ NO!!).

Como dicen que no hay dos sin tres, después de dos salidas consecutivas del amigo Chato a Encinarejo le quedo un run-run en la cabeza y tras unos instante de cavilación decidió que para su última sesión de pesca escogería repetir experiencia en este maravilloso enclave andaluz antes de cerrar por vacaciones y despedirse como mínimo hasta dentro de unas cuantas semanas, donde las temperaturas den una tregua y el calor no sea tan asfixiante a pie de orilla, cerramos así el periplo del compañero por estos lares, aunque promete volver pronto dando mucha guerra, de momento y hasta que eso ocurra, relatamos en estas líneas lo vivido en la sesión.  Comenzaba a amanecer cuando ya nos encontrábamos en el lugar escogido, después de charlar un poco y felicitar al Capi por su cumpleaños nos disponíamos a afrontar una jornada marcada por el calor que se dejaba notar desde primera hora de la mañana y que sería agotador y atosigante horas después.

Rápidamente comenzamos a montar los equipos antes de que el sol picase demasiado, sin prisa pero sin pausa en un periquete teníamos montados los trípodes y las cañas, solo restaba decidir los puntos donde se pescaría, cebar la zona y preparar los bajos.


Una vez que tuvimos claro el lugar que intentaríamos pescar comenzamos a cebarlo, para esta ocasión nos decantamos por una mezcla de micropellets, elementos que en contacto con el agua enseguida desprenden aroma y partículas siendo muy efectivos, al expandirse por el agua y separarse por movimientos de la misma o por acción de los peces, resulta que podemos tener la zona bien cebada y no tener un cebo acumulativo  que forme una gran montaña que pueda asustar a nuestras amigas o saciarlas rápidamente y que desaparezcan de nuestra zona, cuanto más tiempo estén rebuscando el alimento mayores serán nuestras posibilidades de que se tope con nuestro montaje y se produzca la picada, por ello las partículas pequeñas o elementos que se deshacen nos dan mucho juego cuando buscamos este fin.


Siguiendo la misma línea que explicábamos anteriormente, otro cebo que nos gusta usar son las galletas de perro potenciadas con algún aroma, remojo, aceite, etc, para dotarlas de mayor poder de atracción, se deshacen en no mucho tiempo y el precio de cada kilo resulta interesante, también empleamos maíz, cebo universal aceptado y querido por los peces.


Finalmente para terminar con nuestro cebado utilizaríamos unos tacos, también se deshacen y desprenden muchas partículas en el proceso, al utilizarlos de varios tamaños jugamos con los tiempos de disolución y tenemos siempre nuestro cebadero en un punto álgido, mientras algunos se han deshecho totalmente otros comienzan a hacerlo, desde el minuto uno están trabajando perfectamente, una vez más todo el cebo pudimos llevarlo hasta los puntos elegidos gracias a la estimable ayuda de nuestro barco cebador, herramienta útil que nos facilita la tarea de cebado y elección del puesto al sondear la zona.



Con los deberes hechos solo tocaba esperar a tener suerte y conseguir un buen número de picadas y como inmediata consecuencia de posibles capturas, en esta ocasión lo que nos rondaba con más fuerzas y ganas en la cabeza era la sana monomaniaca idea de hacernos con algunos de los barbos gitanos del lugar, en el resto de visitas al pantano no habíamos sido capaces de engañar a ninguno de estos astutos animales, suponía un reto interesante invertir esta nefasta racha y estábamos allí para intentar lograrlo, empezamos pronto con una picada y con la esperanza de que fuera el primer barbo, tras unos instantes el amigo chato lo que llevó hasta la moqueta fue una carpa sana y muy guerrera, tocaba seguir esperando. Unos minutos más tarde volvíamos a tener una picada en una de mis cañas, el animal tiraba muy poco y por momentos parecía que se enganchaba, después de un rato recorriendo la orilla y abriendo ángulo el pez se liberó y llegó hasta la orilla, se confirmaban las primeras sensaciones y el pez era pequeño, pero eso quedaba en un segundo plano, por fin lo habíamos conseguido, el primer barbo de la sesión dio la cara y la alegría era notoria, un chato’baits de mantequilla impregnado en su propio remojo había sido el culpable, una cura rápida que el sol apretaba, una fotografía y corriendo al agua, ya estábamos esperando que quisiera picar su padre.


No corría ni una brizna de aire y la sensación era de bochorno absoluto, ya despojados de casi toda la ropa eran continuos los paseos hacía la orilla para adentrarnos en el agua y paliar tal sensación térmica, había que refrescarse y también hidratarse constantemente, en uno de esos instantes y tras varias capturas de pequeños ejemplares de carpas, el Chato que había subido al coche a ponerse el bañador en pro de darse un aliviador baño, tuvo que bajar como alma que lleva el diablo cuando una de sus alarmas se arrancó repentinamente y marco una picada buenísima, nada más clavar el pez al igual que me ocurrió a mí la caña se atrancó, después de muchos intentos por intentar desatrancarla decidió sacar hilo y dejarla un tiempo por si el pez se podía soltar solo, no teníamos muchas esperanzas pero sin separarnos de la caña pasados unos 3 o 4 minutos comenzamos a oír como el hilo sacaba hilo muy lentamente hasta que pasados unos segundos lo hizo más rápido y fue cuando Chato aprovecho para clavar de nuevo y afortunadamente el pez se había liberado y tras unos momentos de batalla el animal llegaba hasta la orilla, aún la alegría sería mayor cuando a pocos metros de llegar hasta la sacadera descubríamos que se trataba de un nuevo ejemplar de barbo y el primero de nuestro amigo engañado con un boilie de Probiotic, empezaba a compensar las penurias que estábamos soportando.


Llegados a este punto las picadas se sucedían, ya llevábamos varias capturas de entre 3-5kg de peso, era todo un cuadro tener varias picadas casi consecutivas y estar en la orilla un buen rato mientras el solazo nos atizaba sin compasión, en una de esas el Chato se decidió a fotografiarse con una de sus capturas y no soltarla al agua sin más, como estaba haciendo hasta el momento para poder salir disparado en busca de la ansiada sombra y arrimado a la vera del querido bolso nevera y los refrescantes víveres que albergaba en su interior, una captura más en su casillero particular que ofreció una bonita lucha y que fue engañada con un chato’baits de coco, una bola mayúscula en inmensidad de lugares y en particular allí, poco después el Capi se sumaba a la fiesta, y no con una captura cualquiera, se trataba de otro barbo, un hermoso ejemplar que dio una espectacular carrera y una digna lucha con la que disfruto enormemente el Capi, se había zampado sin dudarlo unos pellets cortesía del amigo Chato que los estábamos probando por primera vez en este escenario.


Poco después el Capi tenía una picada descomunal que casi le parte la caña, saco por lo menos 300 metros de hilo, después de varias horas de pelea logro traer el descomunal tiburón hasta la orilla y fotografiarse con él, será un reto para los pescadores que frecuenten el lugar lograr hacerse con alguna pieza similar, antes de hacer un alto en el camino para tomar un bocado y en pleno remojón para refrescar el cuerpo el Chato tenía una nueva picada al chato’baits de coco, raudo se lanzó a frenar una de sus cañas que no dejaba de sacar hilo el pez plantó batalla e intentó una frenética huida que rápidamente fue frenada por el buen hacer de nuestro compañero que finalmente logró salabrar una pieza magnifica con la que se fotografió instantes después para inmortalizar el momento, el bañador de la suerte estaba dando resultado y el Chato contaba ya en su haber con numerosísimas capturas aunque seguíamos esperando la del gran barbo.

Después de comer bajo el cobijo de los árboles del lugar y reposar el cuerpo un rato mientras se pasaban las horas más críticas de calor total, decidimos darnos otro baño ya que la actividad del pez había disminuido notablemente, ya no se sucedían los saltos ni se apreciaban movimientos en el agua, tan solo se dejaban ver pequeños alevines por la orilla que se llevaban más de algún susto tras alguna que otra acometida de pequeños ejemplares de black bass que buscaban su  merienda, por lo que los pequeñines tenían que estar atentos y con ojos en todas partes para poder esquivar a éstos astutos centrárquidos, después de refrescarnos recebamos la zona buscando las últimas picadas de la tarde, tras varias capturas de pequeñas carpas y otras picadas que no fructificaron, volvía a sonar la flauta y nos hacíamos con otro barbo, no era el más grande del mundo pero nos dio una gran alegría y lucho como todo un campeón, no fue nada sencillo llevarlo hasta la moqueta, los pellets del Chato con un maíz flotante artificial como tope poco a poco iban dando capturas, la sesión se estaba dando a pedir de boca, no podíamos tener queja alguna.

Se acercaba el final de la sesión y ya afrontábamos nuestros últimos momentos de poder redondear y agrandar la retahíla de capturas en nuestro haber, después de haber cambiado cebos recientemente tuvimos rápida recompensa con sendas capturas al borde del doblete, pues mientras curábamos a una en la moqueta fue cuando tuvo lugar la otra picada, la suerte nos ayudó a cobrarnos unas preciosas carpas, sanas y muy luchadoras que bregaron y lo pusieron difícil haciendo una lucha fantástica y muy entretenida, en esta ocasión sucumbieron a un chato’baits de melocotón bañado en su remojo que es un auténtico escándalo, y a la siempre eficaz bola de M1 de SBS que tantas alegrías nos ofrece, fotografía y al agua que no estaba la temperatura como para estar mareando al pez.

La sesión estaba resultando de lo más amena, y aunque en ese momento no lo sabíamos aún faltaba lo mejor para rematar la jugada, tras varias capturas de carpas que no llegarían ni a los 2kg de peso, el Capi se despedía con una nueva captura y ya eran unas cuantas de las que podía presumir, una carpa no demasiado grande pero con la que poso orgulloso y aún más lo estaba el fotógrafo al descubrir que de nuevo una de sus bolas era la que se había cobrado la pieza, otra vez el melocotón había obrado su magia y eso que apenas llevaba tiempo en el agua, hubo que esperar algunos minutos más para tener la que sería la penúltima captura del día y sin duda la que veníamos buscando desde el principio, no era el más grande del lugar ni mucho menos, pero lográbamos hacernos casi sobre la bocina con un hermoso barbo, el más grande de la sesión, una increíble arrancada se produjo en una de las cañas de nuestro amigo Chato que en un periquete ya estaba luchando para hacerse con la pieza, como la picada se había producido al montaje de sus pellets con los que habíamos sacado varios barbos teníamos la esperanza de que fuese uno, y como ya hemos descubierto líneas atrás, efectivamente se trataba de un barbo, un precioso gitano que hizo disfrutar de lo lindo a nuestro amigo y terminó de arreglarnos la sesión, enhorabuena compañero.

El intenso calor protagonista durante toda la jornada parecía disminuir su prominente y atizador ardor y nos dejaba respirar levemente, como el día había sido agotador y aún nos quedaba un largo camino de regreso a casa, no haríamos muy tarde y comenzaríamos a recoger en unos instantes, fue mientras desmontábamos parte del equipo cuando tuvimos la que fue la última picada de la sesión, el Chato tras correr hacia una de sus cañas para clavar, tras unos instantes y con la ayuda del Capi lograba llevar hasta la moqueta una preciosa carpa royal que dio una magnifica lucha, suponía el broche de oro a una salida espectacular entre buenos amigos, como siempre un auténtico placer formar parte de estas escapadas, habíamos logrado múltiples capturas y lo más importante, queríamos sacar algún barbo y tuvimos la fortuna de poder hacerlo, ahora el reto es poder conseguir algún ejemplar de mayor peso, inmejorable excusa para volver en otra ocasión,  así pues, después de un año movido y con múltiples salidas a diversos lugares de la geografía española, algunos se toman un pequeño descanso, un breve paréntesis vacacional para recargar las pilas y volver con energías renovadas para seguir teniéndoos al tanto de nuestras jornadas a pie de orilla y de las del resto de compañeros, buen verano a todos, que disfrutéis mucho, a refrescarse por dentro y por fuera y hasta la próxima….. 

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