martes, 11 de junio de 2013

EL CHATO EN ENCINAREJO (PRIMERA PARTE)

Os traemos en rigurosa primicia las andanzas del chato en tierras andaluzas, recién obtenida la pertinente licencia que le permite moverse con total tranquilidad por los diversos recovecos de la susodicha comunidad autónoma, estaba como ansioso por estrenarla en alguno de los embalses presentes en el sur del país, trotamundos pesquero por los diversos charcos de la geografía española y parte del extranjero, tenía la espinita de poder pescar en Andalucía, así que una vez pudo darse tal hecho, preparamos dos salidas casi consecutivas para que el hombre desfogase y se quitase el deseo. El lugar elegido en esta ocasión fue el Encinarejo, ya sabéis que está situado en la provincia de Jaén, que forma parte del Parque Natural de la Sierra de Andújar y que es un paraje acogedor y de bella estampa.
En la primera salida nos desplazamos hacia el lugar el Chato, Miguel (Ouh Yeah), el Capi, Víctor (Xoxi) y un servidor, a intentar engañar a los peces del lugar y pasar un día entretenido realizando una actividad que tanto nos agrada y desestresa. Aún no había amanecido cuando nos encontrábamos pateando el lugar en busca del sitio que escogeríamos como campamento base, mientras tanto, el peque del grupo se quedó recuperándose y descansando en el coche después de haber sufrido un percance estomacal durante el viaje, (cierra el grifo niño xD). 

Hacía algo de aire y el día despertaba nublado, no obstante comenzaron a verse los primeros saltos del día, una vez tuvimos claro el lugar donde nos pondríamos, tocaba bajar trastos del coche e ir montando el equipo, en poco tiempo ya estaba todo preparado, tocaba colocar los cebos en los montajes, cebar la zona y lanzar las cañas.

Para los cebos de anzuelo una vez más nos pusimos en manos del buen hacer del Chato, quien nos proporcionó un surtido variado de sabores, unos de sobra conocidos y más que probados por nosotros y otros que los utilizaríamos por primera vez para sacar conclusiones y ver cómo trabajaban.
En este apartado bolichero también tenemos que mencionar y darle su merecido buen lugar al amigo Miguel, que es otro experto creador de bolas caseras que funcionan a las mil maravillas, para esta salida probamos una de sus obras maestras, las bolas de kiwi con un sutil toque salado, que tan buen resultado nos están dando allá por donde vamos y que teníamos ganas de probar aquí, estando ya los bajos terminados solo quedaba rematarlos con nuestras queridas mallas de pva, elemento indispensable en nuestras salidas de pesca. 
Llegaba la hora de sondear y cebar la zona, para ello echamos mano del siempre útil barco cebador, un utensilio práctico, eficaz y que nos facilita enormemente las cosas. En poco tiempo habíamos estudiado la zona, las características del fondo y sabíamos la profundidad de la que disponíamos, así que fuimos repartiendo las cañas como consideramos oportunos, jugando con las profundidades, distancias, cebos y cebado.

Para el grueso del cebado empleamos una mezcla de semillas y otra de boilies y micropellets buscando hacer más atractivo y atrayente nuestro puesto en pro de llamar la atención de los ejemplares de la zona y poder lograr obtener alguna picada, a lo largo del día complementaríamos dicho cebadero con algo de engodo y tacos de oveja remojados para aumentar su poder de atracción y dejarlos más deshechos para que soltasen partículas y trabajasen nada más entrar en contacto con el agua.


Aún estábamos colocando las cosas cuando una de las alarmas comenzó a sonar, era casi como llegar y besar el santo pues no habían pasado ni cinco minutos desde que las cañas estaban en el agua cuando tenía lugar nuestra primera picada, Miguel se apresuró a clavarla y llevarla hasta la moqueta, se trataba de una pequeña carpa que curamos y devolvimos enseguida al agua, comenzaba bien el día y ya esperábamos la segunda picada, la suerte volvió a sonreírnos y no tuvimos que esperar mucho tiempo a que se produjese, esta vez fue Xoxi el encargado de hacerse con la pieza, con paciencia y buen hacer llevo hasta la sacadera otra carpa muy similar a la primera, se trataba de una royal muy bonita, las bolas caseras de fresa del Chato se estaban mostrando intratables hasta el momento.


Las sensaciones eran muy positivas, llevábamos relativamente poco tiempo en la orilla y ya contábamos con múltiples picadas, se habían escapado unas cuantas y dos de ellas si habíamos logrado llevarlas hasta la orilla. Fue tomándose un respiro y un café calentito cuando el amigo Ouh Yeah tuvo que salir cual rayo ante la presencia de una nueva picada en una de sus cañas, después de clavarla y luchar un rato con el pez, no hay que dejar de mencionar que venden cara su derrota y cuesta arrimarlas hasta la orilla, siendo éste momento en el que terminan de ofrecer la máxima resistencia buscando zafarse del anzuelo prendido en sus bocas, finalmente Miguel sumó su segunda captura de la jornada y pudo fotografiarse con su peleona amiga, poco después se estrenaba el Chato haciéndose con su primera captura, un bonito ejemplar que no pudo resistirse a una de sus bolas de coco, todo un bocatto di cardinale.

Hasta el momento los nuevos sabores que estábamos probando estaban dando resultado, después de revisar el montaje tras cada captura y reponer su malla de pva, no había que esperar demasiado para tener la posibilidad de pelear por conseguir una nueva captura, tanto Xoxi como Miguel se desmarcaban con sendas capturas que aumentaban su casillero particular y les hacía pasar un rato entretenido mientras llevaban las piezas hasta la orilla.

 Mientras el Capi se ponía manos a la obra sirviéndonos exquisitos platos a lo largo del día, decidimos cambiar los cebos que no estaban dando resultado y que por el motivo que fuese no querían ese día los peces, había un par de chato’baits que estaban funcionando muy bien y había que aprovecharlo a la par que probábamos nuevos sabores, fue en uno de esos instantes cuando Miguel logró una nueva captura, apenas llevaba unos minutos en el agua una de sus bolas caseras de Kiwi cuando una carpa no pudo resistirse a darle un tiento, se había acertado con el cambio de cebo, ¡¡¡Ohh nena sí!!!.


 Despacio pero sin pausa las capturas se sucedían, algunas de ellas se escapaban por el camino y otras no se clavaban bien y se zafaban del engaño, pero en otras ocasiones la suerte se aliaba con nosotros y lográbamos hacernos con las piezas, Xoxi y Miguel continuaban con su particular mano a mano y no daban tregua, dos carpas más para el casillero que no se pudieron resistir a un chato’baits de coco y la siempre contundente sk-30.


 Casi sin tiempo para hacer las fotografías y poder dejar la sacadera secarse volvíamos a tener nuevas picadas, mientras unos terminaban de colocar las cañas ya teníamos a otro con su captura esperando inmortalizar la estampa, como el amigo Chato con esta preciosa carpa sacada con la ayuda del Capi.


Pero como no todo iba a ser cocinar ni ser ayudante de sacadera el Capi también tuvo tiempo para sacar algún ejemplar por su propia cuenta, a la par que Xoxi seguía con su ritmo imparable de capturas y se alzaba con una nueva pieza que no quiso dejar pasar la ocasión para probar una magnifica bola de SBS, el C1.

La jornada se estaba poniendo de lo más interesante y la suerte seguía sin darnos la espalda, a una nueva captura de Xoxi le acompañó poco después un doblete de la mano de Miguel y Chato que tras unos instantes de lucha con los peces lograban llevarlos hasta la sacadera, el chato’baits de coco y el Kiwi no dejaban de sorprendernos.
En la búsqueda de nuevos cebos a los que pudiéramos sacarles el máximo beneficio seguíamos cambiando muy a menudo con el fin de intentar hallar una bola que nos permitiese alcanzar tal fin, se desmarcaban un par de chato’baits y los boilies de Kiwi de Miguel, pero no cejábamos en el empeño y continuábamos fotografiándonos con más ejemplares.

La mañana se había marchado casi sin avisar, en breve estaríamos comiendo, hacía tiempo que el aire presente en el ambiente había desaparecido, la mañana se estaba tornando calurosa y por momentos era necesario buscar el cobijo de una buena sombra para no sobrecalentar la sesera en demasía, lo que no suponía impedimento alguno para seguir disfrutando de la sesión con nuevas capturas.


 Antes de sentarnos en la mesa para comer y debido a que la actividad del pez había menguado decidimos aprovechar la coyuntura para recebar los puestos con la intención de que estuvieran durante la tarde en su punto álgido, unas bolas de engodo que teníamos preparadas de minutos antes fueron junto a los tacos remojados fueron los cebos elegidos para tal fin, con ayuda del barco cebador no tardamos mucho en poder finiquitar la tarea.


Fue justo al estar el lugar recebado cuando tocaba liarse de lleno con los macarrones salvajes que el Capi había preparado con esmero la última hora y que tenían una pinta esplendida, una vez más, hizo honor a su buena fama de maestro culinario y el personal se puso hasta la bola, en apenas unos minutos la pasta había desaparecido de la sartén y tocaba ya conformarse con la ensalada.

Estábamos viviendo las horas de mayor bochorno del día, durante unas horas los peces no dieron señales de vida, todo estaba en calma y con un notable silencio solo interrumpido en contadas ocasiones por el vuelo de algunos pájaros que aprovechaban para rebuscar por el suelo migas de pan o restos de comida que hubiera por los alrededores, así que como no había mucho trabajo aprovechamos para descansar un rato los ojos y reflexionar en voz baja, hasta que volvieron las picadas a media tarde y tuvimos que ponernos a funcionar de nuevo.
El cebadero estaba dando sus frutos y era señal inequívoca de que las cosas se estaban haciendo bien, los resultados estaban siendo bastante satisfactorios y la cosa no tenía pinta de parar viendo que después del parón las picadas se volvían a suceder y lográbamos hacernos nuevas fotografías.
Después de probar varias bolas comerciales que habían logrado picadas pero no tantas como teníamos en mente o considerábamos que podíamos tener, decidimos ir utilizando nuevos chato’baits para no dejarnos ninguno sin probar en la sesión, y al poco tiempo Chato logró sacar otro pez más, había sucumbido a su bola casera de piña y acido butírico que tiene una pinta espectacular, poco después Xoxi nos alertaba de una nueva picada, estaba batallando con otro ejemplar de la zona que venía prendido de su anzuelo, en ésta ocasión había picado a una ristra de maíz potenciada con remojo de maíz de SBS y un golpe de polvos, los 3 en 1 de maíz de la también citada marca.
 La cosa se ponía interesante y aún habría tiempo para unas últimas picadas antes de dar por concluida la jornada, Xoxi seguía triunfando con su ristra de maíz, mientras Miguel tenía nuevas picadas a su querido Kiwi, le quedaban pocas existencias y después del éxito conseguido ya está preparando una nueva remesa, ¡¡¡Ouhh Yeahh!!

Poco a poco se acercaba el final y apurábamos nuestros últimos instantes en la orilla, en poco tiempo se producirían las últimas picadas de la sesión, Xoxi que ya no recordaba el número de capturas obtenidas se hacía con la penúltima de su lista particular, un chato’baits de fresa fue el culpable de ver como aumentaba su casillero de capturas, una foto con el pez, un poco de antiséptico y de nuevo al agua, tanto la pieza como el montaje de la caña, mientras el Chato también tocaba escama y se fotografiaba con otra carpa engañada con un boilie de Source.
Ya estaba avanzada la tarde cuando se sucedían los saltos en el agua, el pez estaba en nuestro cebadero y era cuestión de tiempo y algo de suerte que se pudieran tener unas últimas picadas, el sol iba amainando paulatinamente lo que se agradecía a base de bien, hubo momentos de auténtico bochorno y ahora se empezaba a estar muy a gusto. Xoxi se despidió con su última captura poniendo el colofón a una jornada para enmarcar, comenzó tarde por su percance mañanero pero recupero el tiempo perdido y acabó triunfando lo que nos agradó enormemente, las nuevas generaciones apuntan buenas maneras, el Chato que aún tendría tiempo para un par de capturas más,  se hacía en esta ocasión con otra preciosa carpa con la que tuvo una bonita lucha y que se estuvo a punto de desanzuelar, finalmente el buen hacer del pescador permitió obtener la captura.  


Sin darnos cuenta estaba espirando la tarde, como el día había sido entretenido y se había sacado algún que otro pez poco a poco fuimos desmontando el campamento base y recogiendo el equipo, terminamos la sesión con una carpa llevaba hasta la moqueta por el peque del grupo, el Xoxi se lo pasó en grande, y con un doblete de Miguel y el Chato que supuso la guinda al cierre de la jornada, no hubo más picadas, recogimos todo el equipo y emprendimos el camino de regreso a casa, una vez más reinó un ambiente modélico y espectacular, lo pasamos en grande, comimos bien, logramos múltiples capturas, no se puede pedir mucho más, enhorabuena a todos los compañeros por las piezas obtenidas y espero que nos volvamos a reunir pronto pues el día fue magnífico. Aquí concluye el relato de lo acontecido en la primera visita a Encinarejo, os emplazo a que en unos días veáis que tal se dio la segunda inclusión del Chato en el embalse, continuará……

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